domingo, 23 de junio de 2013

Como Evitar Dolor Por Los Tacones

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      Bien ajustados











  • Si un zapato hace que el pie te resbale hacia delante provocará que el dedo gordo aguante mucha presión, este se resentirá y lo más seguro es que te termine saliendo una ampolla. Para que esto no te pase, a la hora de probarte el zapato asegúrate de que se ajusta bien a tu pie. Si se trata de sandalias lo mejor es que vayan sujetas al tobillo, así evitarás que tu pie se deslice.
  • Plantillas de silicona
    Las plantillas son otro elemento que pueden ayudarte a evitar el dolor. Existen de muchas formas y de muchos tipos. Por ejemplo, si te suelen doler las almohadillas, o te has comprado unos tacones demasiado altos a los que no estás acostumbrada, unas plantillas para las almohadillas te ayudarán a absorber la presión en la zona.
    Las puedes encontrar en las farmacias, y su precio ronda a partir de los cuatro euros. Las tienes de muchas formas dependiendo de la ocasión. Lo último son unas con una apertura delantera para las sandalias 'de dedo'.
  • Evita callos y los juanetes
    Llevar zapatos abiertos en la punta, o lo que se conoce como ‘peep toes’, que tanto están de moda, aliviarán la presión en la zona ya que tus dedos quedan al aire libre, evitando la aparición de callos y juanetes.
    Si ya los tienes y te resultan molestos, consulta a tu podólogo, recuerda que él es el experto y la persona que mejores consejos te puede dar.
  • Tacón ancho
    Los tacones anchos son muy recomendables. Si vas a tener un día largo o vas a tener que estar mucho tiempo de pie, éste tipo de calzado te proporcionará más estabilidad y por tanto el peso de tu cuerpo quedará repartido en una mayor superficie. La forma del zapato también será determinante en este caso. Fíjate en inclinación del tacón, cuanto más suave sea, el arco de tu pie estará más cómodo y por tanto más aliviado.
  • Las rozaduras
    Si ves que puede salirte una ampolla, siempre es mejor prevenir que lamentar. Hazte con unas buenas tiritas y colócatelas bien antes de salir de casa. Existen unas de gel que se adaptan perfectamente a la zona del pie donde quieres ponerla y que aguantan durante días, puedes encontrarlas en farmacias. Otra opción es ponerte un poco de vaselina en la zona de roce. Y si el modelo te lo permite unos finos calcetines de algodón también pueden ser tu aliado perfecto.
  • Ampollas
    Que no cunda el pánico, si sabes cómo tratarlas en un día, o incluso en una noche te habrás olvidado de ellas. Las ampollas salen por el continuado roce de la piel contra una costura o superficie dura.
    Una ampolla nunca se debe explotar. El líquido que se forma dentro, no es otra cosa que una protección que segrega nuestro cuerpo para que la curación se lleve a cabo lo más rápido posible. Cuando llegue el momento oportuno terminará abriéndose por sí sola.
    Límpiate la zona de la ampolla, sin ejercer presión sobre ella, con un poco de jabón antibacteriano y luego con un poco de alcohol, después deja que se seque.
    Si no vas a salir de casa es aconsejable no taparla, se secará antes si se deja respirar. Si vas a salir no te olvides de taparla para evitar mayor roce.
    En caso de que la ampolla o la herida se ponga roja y duela o sangre, acude a un especialista, puede que se haya infectado. Él te dará el tratamiento adecuado
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